ObjetivoGuía rápida del formato raw: Piérdele el miedo
El hecho de que el formato raw se “salte” el firmware de nuestras cámaras digitales encargado de “poner en bonito” la escena fotografiada y nos proporcione a cambio los datos captados en bruto por el sensor además de una imagen aparentemente desvaída, hace que muchos aficionados se pregunten sobre la utilidad real de dicho formato. Tampoco ayuda saber que esos ficheros son varias veces mayores en tamaño que los clásicos JPEG, ocupando más memoria de nuestras tarjetas de almacenamiento y que exigen sí o sí un trabajo de edición en el ordenador una vez tomada la imagen, con la correspondiente inversión en tiempo por parte del fotógrafo. Por ello, y pensando que algunos de nuestros lectores no se hayan adentrado todavía en el mundo raw, analizamos qué justifica y qué no, el empleo de este formato.