El bream game es la última frontera del rockfi shing, desarrollada en los últimos años por los australianos para la pesca del black bream (una especie de “cruce” entre sargo y dorada) así como la de otros espáridos. En este artículo vamos a ver cómo se puede aplicar esta técnica en nuestras aguas y con nuestros peces.
Con los estertores del estío, las mares tumultuosas reaparecen, y las corrientes aumentan su intensidad, permitiendo así que infinidad de partículas se hallen en suspensión y que los depredadores no puedan centrar su atención en los fondos. Sin embargo, cuando el gran azul atempera su ímpetu, el lance pesado se perfila como una técnica más que aconsejable de cara a sorprender a nuestra amiga, máxime cuando la claridad no hace sino acentuar su escepticismo.
Con los cambios de mar y los pesqueros castigados las semanas atrás, tenemos que ser proactivos para lograr buenas capturas a corcheo en estos meses. En efecto, pueden parecer tonterías para más de uno, pero lo cierto es que cambiar lo habitual, volverse más selectivo y proactivo, nos va a permitir aprovechar mucho mejor un buen número de pesqueros que han estado muy pescados durante el verano, tanto por pescadores expertos como por noveles y veraneantes. No queda otra, o reaccionas o te resignas a estar mojarreando toda la jornada en un interminable captura y suelta que te va dejando la moral por debajo del agua...
Cuando el objetivo es lanzar y plantar las cañas en una playa de fondo mixto o en algún canal conocido entre rocas, la cuestión de acertar se reduce a encontrar el momento y las circunstancias adecuadas para que los peces se acerquen a distancia de lance; lo del lugar lo tenemos resuelto. Pero, ¿y en una playa de fondo de arena, con kilómetros de orilla?, ¿dónde lanzo?, y sobre todo, ¿merece la pena intentarlo en estas fechas?
La mar es una y es diversa. La mar es inmensa y tiene límites difusos, y en la lejanía se confunde con el horizonte, y donde besa la tierra se difumina en las aguas salobres de los grandes estuarios, que a ritmo de marea son mar ahora y río después. De este tránsito entre uno y otro, de este dominio de las aguas salobres, somos deudores los pescadores, tanto los que tienen en la pesca oficio y beneficio, como los que hacen de ella recreo o deporte. Los estuarios son áreas de alta fecundidad que, además, benefician a la mar cercana.