PescaMar

Número 131 / Febrero 2014

"Levanteras" y doradas: Cómo triunfar cuando el viento arrecia. Peces de vinilo: Cuando la ficción supera a la realidad. A por las salpas: Una divertida alternativa invernal. Técnica: Montajes especiales para la lubina. Corcheo: El "mojarreo" invernal en el Mediterráneo. Materiales: "Chinesteta Lures". Spinning extremo en Guinea Bissau.
PescaMar 131
Artículos destacados
Surfcasting
“Levanteras” y doradas
Llevamos esperando todo el invierno a que la época doradera llegue, a que empiecen esos mediodías calurosos en los que ya apetece estar sentado en la tumbona, o dando una cabezada después de comernos el bocata y esperando la bonita picada de una dorada, y evidentemente pronto se empezarán a congregar multitud de afi cionados en las playas en busca de este codiciado pez, y seguro que las capturas no se harán de rogar.
Spinning
Vinilos que imitan a peces
El vinilo es un material que permite hacer imitaciones prácticamente perfectas de cualquier ser vivo. Hace algunos números hablamos de la efectividad de gambas y cangrejos hechos con este material, y en esta ocasión toca hablar de las imitaciones de peces, que engañan con facilidad a los depredadores, pero también al pescador que va de compras…; aprendamos a sacar partido de algunos de los mejores señuelos del mundo.
Especies
Salpas a corcheo: Una divertida alternativa para pescar en invierno
El invierno presenta difi cultades añadidas a la pesca con corcho, debido en gran parte al mal estado de la mar en infi nidad de ocasiones y a la disminución de la actividad por parte de muchas de las especies a las que destinamos nuestras jornadas. Doradas, mabras y demás peces que podríamos defi nir como más veraniegos se vuelven casi inaccesibles en los meses más fríos; sin embargo existen otros que darán la cara en esta época, incluso más que en épocas más benévolas con el clima.
Especies
Y en febrero..., ¡lubinas a tope! Montajes especiales
Aunque muchos pescadores tan solo conocen la batalla de las buenas lubinas en verano, en invierno tenemos la opción de buscarlas en las inmediaciones de sus refugios habituales, pues contrariamente a lo que se cree no todas se marchan a grandes profundidades. Eso sí, hay que animarlas un poquito para que entren a nuestros cebos, por lo que nada mejor que un buen cebo vivo para alertarlas desde lejos y propiciar que se acerquen a comprobar si esa vibración del pececillo supone una presa...