Coches Clásicos

La verdad es que cuando Iván me ofreció escribir la comparativa entre el 190SL y el Thunderbird, no me lo pensé dos veces y me lance sin contemplaciones a hacerla, pero según iba estudiando los coches que comparábamos, más me iba dando cuenta de lo diferentes que son y de la difi cultad del encargo. Salvo por la época de su fabricación y el color de las dos unidades probadas, lo cierto es que no pueden ser más diferentes. Ahora bien, esta revista, si se caracteriza por algo es por haber comparado coches muy diferentes, de manera que vamos a ver qué sale de todo esto.

En 1968 los periodistas y el público que acudían al Salón de Turín pudieron ver a un hermoso y desconocido deportivo aparcado en las inmediaciones del recinto. La razón de que el coche estuviera fuera y no dentro se debía a que los constructores del LMX, que así se llamaba este automóvil, no tenían medios económicos para alquilar un stand, decidiendo dejarlo fuera, y tanto por lo original de la idea como por lo atractivo del coche, el sistema funcionó, recibiendo el LMX su correspondiente espacio en no pocas revistas.

La historia del ‘Escarabajo’ es un ejemplo de trabajo duro y metódico, repleta de adversidades y contratiempos. Gracias a Heinz Heinrich Nordhoff pasó de ser un coche más, a ser un fenómeno mundial. Heinz se mostró perfeccionista y meticuloso en cada pequeña mejora, escondiendo miles de modifi caciones bajo el mismo caparazón. El éxito del ‘Escarabajo’ fue comparable al del Ford T en sus tiempos, batiendo récords de ventas. Consiguió inyectar optimismo –y dinero– a un pueblo que restauró su país de la única forma que supieron... currando.