Perros y Compañía

Número 225 / Febrero 2013

Ojo con los perros traviesos: Los dóciles viven más. Educación: Enséñales a controlarse. Perros pesimistas: Aprende a animarlos. Claves para entender a los perros gruñones. Bullterrier, el ángel blanco. Gatos inteligentes. Angora turco, un gato clásico reinventado. Y llévate de regalo 8 pósters y 30 pegatinas.

Perros y Compañía 225
Artículos destacados
Perros
Los perros dóciles viven más
La longevidad depende de muchos factores, como la salud, la alimentación o el ejercicio. Lo que se acaba de demostrar recientemente es la influencia del carácter del animal. ¡Sorprendente!
Razas
Bullterrier: El ángel blanco
La cualidad o virtud que más se admira en un bullterrier es, sin duda, la alegría de la raza. Así es como debe ser, y eso conlleva un temperamento absolutamente alegre, lleno de confianza, un poco ‘pasota’ y cien por cien cariñoso. Luego tiene todo lo demás: el coraje, el valor...
Perros
¿Pueden ser pesimistas los perros?
Los estados emocionales de los perros pueden ser tan variados como los estados de ánimo de sus dueños. Los estudios más vanguardistas afirman que los perros tienen una compleja gama de emociones, incluidas algunas tan poco agradables como la envidia, los celos o el orgullo, pero también emociones positivas como la fi delidad, el compromiso, la gratitud o el perdón.
Gatos
Angora Turco
Sin duda el angora turco es el más mítico de los gatos, ese animal esponjoso, peludo y dulce que contemplamos en las ilustraciones de los libros infantiles del siglo XIX, paradigma del gato de lujo para la burguesía europea de aquella época.
... y también en este número
Educación: Enséñale autocontrol
El autocontrol forma parte de las reglas que todos los perros deben aprender. Y en ocasiones es difícil de llevar a la práctica, por ello es especialmente importante que lo enseñemos de forma gradual.
La inteligencia del gato
Como no existen gatos guardianes o gatos lazarillos mucha gente opina que son menos inteligentes que los perros, pero los dueños de gatos sabemos que no es cierto. La explicación es que un gato nunca te halagará para caerte bien. Los perros juegan con ventaja, son unos pelotas que con carantoñas se ganan la confianza del jefe, su propietario.